Minimizar el agua no registrada (ARN) es clave para una gestión eficiente de la red de distribución.
En los países en desarrollo, se pierden aproximadamente 45 millones de metros cúbicos de agua por día lo que implica una pérdida importante en el valor económico.
Los servicios públicos de agua sufren enormes costos financieros solo para ver cómo se filtra el agua de nuevo al suelo y las enormes pérdidas de ingresos del agua que de otro modo podría haberse recuperado.
Si las pérdidas de agua en los países en desarrollo pudieran reducirse a la mitad, el agua ahorrada sería suficiente para abastecer a unos 90 millones de personas.
Nos referimos a ella como agua sin ingresos o agua no rentable (ANR), agua que se bombea o se pierde y no se contabiliza en el sistema.
La necesidad de administrar mejor los recursos naturales y proteger los valiosos recursos hídricos se ha vuelto cada vez más importante.
En un entorno con restricciones de agua, la administración de ANR a menudo ofrece una rentabilidad superior en comparación con el aumento de suministro. Al mismo tiempo, los ingresos del agua ahorrada mejoran los resultados de los proveedores de servicios, mientras que una menor extracción de agua aumenta la resistencia de la ciudad.
El agua no rentable puede ocurrir a través de pérdidas físicas y tuberías rotas, que son causadas por operaciones o un mantenimiento deficiente, la falta de control de activo de fugas o por la calidad deficiente de los activos subterráneos.
El ARN también puede provenir de pérdidas causadas por el registro insuficiente de medidores de clientes, errores de manejo de datos, conexiones ilegales o robo.
Todas posibles causas de pérdidas de agua muestran en común el tiempo de respuesta ante la aparición de una fuga o un robo que engloba el tiempo que se tarda en detectar su existencia, así como el tiempo en localizar su ubicación y su posterior reparación.
Actualmente, en la mayoría de las redes de distribución existe un control por sectores que nos avisa de la aparición de posibles fugas por zonas. De acuerdo a estos registros se procede a una inspección detallada para detectarlas y localizarlas. Este proceso conlleva la dedicación de un periodo de tiempo que depende de la tipología de la red, el tamaño de los sectores y los recursos disponibles.
En CIC Consulting Informático somos conscientes del impacto que tienen las pérdidas económicas en este tipo de situaciones por ello trabajamos para ayudar a las empresas y administraciones a monitorizar sus operaciones actuales y establecer un programa de reducción de la pérdida de agua que sea sostenible y rentable. Con nuestra plataforma de monitorización IDboxRT podemos detectar e informar remotamente de la aparición de una fuga, mediante el registro y análisis automático enviando la información a un puesto central. El sistema permite la validación de la alarma recibida y la confirmación de que no se trata de un falso positivo, evitando desplazamientos innecesarios y logrando la gran seguridad de marcar la fuga detectada.
Esta tecnología permite la optimización de recursos humanos, así como mejorar las ratios de Agua No Registrada (ARN). Una vez controlado el ANR es convenientes pararse a pensar cuales son las causas por las que producen estas fugas. Para ellos la plataforma IDboxRT gestiona y monitoriza todo el ciclo del agua, donde a través de sensores puede medir la temperatura, la presión, el cierre de válvulas, la variación de humedad y en cuanto el sistema detecta una variación fuera de los parámetros salta una alarma que llega hasta el puesto de control en tiempo real, permitiendo tener la información necesaria para correlacionarla con la posible aparición de fugas.
De esta forma la eficacia en la gestión y detección de fugas aumenta de forma considerable al disminuir el tiempo total de respuesta y consecuentemente el volumen de agua no registrada.